lunes, 13 de noviembre de 2006

Prestige, 4 años

Hoy se han cumplido 4 años de la tragedia del Prestige. Una tragedia evitable y desastrosamente tratada por parte de las autoridades. No era la primera vez que ocurría algo así en Galicia (y tal y como siguen las cosas hoy en día no será la última) pero para mi si que fue algo especial, ya que lo viví muy intensamente.

Yo no quería ser solamente alguien que se quejara y dijera lo mal que estaba la situación, quería (además) tomar parte en las medidas de urgencia que (mal y lentamente) estaban llevándose a cabo. Así que con un grupo de compañeros de facultad nos unimos al grupo de la Universidad Politécnica de Madrid y nos fuimos el puente de diciembre para allá.

Los 5 días que pasamos limpiando fuel fueron increibles en muchos aspectos. Imaginad una playa de varios kilómetros de largo, con un paisaje increiblemente bonito. Ahora le poneis una alfombra negra sobre la arena de otros tantos kilómetros de largo, internandose unas decenas de metros sobre la arena y con 20 o 30 cm de grosor. El olor a gasolinera es insoportable a 100 m del agua y si estás mucho tiempo sin mascarilla a menos de 20 o 30 m te empiezan a escocer los ojos y la garganta. Ahora imaginad que para limpiar esa playa hay unas 100 personas, todas ellas voluntarios de distintas zonas de España (mas un japonés), dos escabadoras (las había puesto el ayuntamiento, creo recordar, y las dirigía un hombre mayor que venía de León como voluntario), unas 30 palas y 50 capazos. En 3 días de trabajo (mas de 8 horas a pleno rendimiento) no consiguen ni limpiar un 1% de la playa (normalmente al día siguiente aparecía otra vez todo completamente cubierto). Ahora unas fotos para que no tengais que imaginar tanto:

Aquí podeis ver el material que nos proporcionaba la Xunta para limpiar la playa:


Unas panorámicas:





Un inciso. Tengo que hablar sobre cómo se comporta el fuel en la playa. En esta foto puede parecer que la playa tiene manchas de petróleo, pero no es cierto. Lo que ocurre es que la gran capa de petróleo está cubierta por un poco de arena que trae el mar. De hecho, el primer día de trabajo no estuvimos en esta playa sino en otra de Muxia. Cuando llegamos pensábamos que habíamos ido para nada ya que desde el monte la playa parecía estar perfecta. El petróleo, al ser mas viscoso que la arena, se va enterrando poco a poco. Lo malo además es que cuando se entierra ya no se puede sacar sin destrozar la playa, asi que hay que esperar hasta que alguna marea lo saque. Cuántas playas de Galicia tendrán hoy en día placas de petróleo enterradas...



Aquí se puede ver el grosor que tenía:



Así dormíamos en el polideportivo de Fisterra (un frio...):



La experiencia fue increible. Es muy difícil pensar que un centenar de personas que no se conocen de nada (y aunque conocieras a la gente no la reconocías debido a las gafas, mono, mascarilla...) se pueden organizar de manera eficiente para hacer ese tipo de trabajo.

La ayuda de la Xunta o de cualquier otro órgano de gobierno fue prácticamente inexistente. El viaje nos lo financiamos nosotros con ayuda de la UPM, los trajes, guantes y mascarillas nos lo pagamos nosotros. Allí las asociaciones nos ofrecieron las botas y la xunta tan solo puso los contenedores (escasos) y un material insuficiente (eso si, todos etiquetados con el logo bien grande de la Xunta).

En cuanto al ejército... en fin. Siempre pensé que al menos serviría como una fuerza de actuación rápida en caso de un desastre como éste. La realidad que vi allí fue que en los 5 días solo les vimos una mañana en la que instalaron una tienda de campaña en la playa. Para ello tuvieron que meter el todoterreno hasta el mismo sitio donde iban a poner la tienda (no fuera que se cansaran de andar 30m que había desde la carretera) para lo que tuvimos que parar la recogida de fuel. Tras 20 minutos montando la tienda descansaron otros 40 allí tumbados en la arena y luego se fueron.

La gente de Fisterra, genial. No he visto nunca a nadie tan agradecido: nos invitaban en los bares, nos paraban y nos daban las gracias y hasta nos dieron un pequeño regalo en nuestra partida. Los dueños de los bares se levantaban a las 5 am para prepararnos el desayuno (íbamos muy temprano a la playa porque había que aprovechar todas las horas de luz). También alguna gente jóven pueblo participaba haciendo de guias (ir a las 6 de la mañana desde el polideportivo hasta un bar concreto campo a través en un lugar que no conoces es complicado).

En definitiva, que me di cuenta de la fuerza que tienen los grupos de personas "desorganizados" cuando trabajan con interés en el mismo sentido y lo poco que les importa a los dirigentes eso siempre que no movilicen a una masa de votantes. Un altísimo porcentaje de esa gente que estábamos allí no son votantes de ningún partido o lo son de un partido minoritario, lo cual les convierte en invisibles para Fraga, Rajoy, Ánsar... (digo estos porque fueron los protagonistas de la aventura del Prestige, pero podría seguir por ZP y el resto de pseudo-socialistas). Las organizaciones horizontales funcionan. Allí ninguno era jefe, ninguno era el encargado de organizar ni era mas que nadie, pero todos tomábamos el mando cuando veíamos que algo no funcionaba y la gente te escuchaba.

Algo irrepetible en cuanto a la experiencia personal (y me gustaría también que el suceso lo fuera).

Y por último, además de pediros disculpas por la extensión del post, un vídeo que he encontrado:


Actualización: He cambiado la fecha del post porque me equivoqué, es hoy día 13 cuando se cumplen 4 años :D


NOTA: Todas las fotografías que he puesto no son mias, están tomadas por gente de la expedición. Por lo tanto, la licencia CC no se les aplica, el copyright es de sus dueños y tal ;) (Es que no quiero empezar esto violando una licencia).

2 comentarios:

Gemi dijo...

He visto en el telediario que despues de 4 años no existe aún ninguna medida para evitar otro desastre igual. Dentro de la tristeza de todo esto reconforta lo que cuentas sobre el grupo "desorganizado" y que esa unión con desconocidos la puedes encontrar todos los días (incluso en una gran ciudad como Madrid). Aunque sea en esas circunstancias la buena experiencia te la llevaste.

Unknown dijo...

La verdad es que lo que comentas de que el fuel se va enterrando no lo sabía. Cuando he visto una de las fotos con bastante arena, parecía que la mancha era en plan tortas. Pero claro, luego se ve el grueso de la capa, y la cosa cambia mucho.

Yo no fui a limpiar. Si la cosa fuese hoy, quizás si que me plantearía el ir. Hace cuatro años ni me llevaba tanto con el grupo que fuisteis, ni... bueno, cosas varias. Lo malo es que si ocurriese hoy es posible que tampoco fuera, puesto que trabajando las cosas son -muy a mi pesar- bastante distintas.

Desde luego que el vuelco que dió la sociedad (una parte, hay otra que no se/nos mueve/movemos ni echándonos aceite hirviendo) fue impresionante. Si algunos fueron en plan 'escapada' me da igual, allí estuvieron y más hicieron que los que se/nos quedaron/quedamos en casa viendo la tele. Lo que comentas de la organización horizontal me parece cojonudo. Pero para eso hace falta voluntad. Y en eventos como ese, es normal encontrar colaboracion de todos, pero en otros mucho -como cosas obligadas- la cosa se tuerce. Realmente envidio el que pudieses vivir que eso funcionaba.

Triste es que las normativas y legislación internacional -AKA "me las paso por el forro cuando me conviene"- no se hayan adecuado a las nuevas necesidades medioambientales actuales. No es lo mismo que pase 1 barco cada mes, a que pasen 10 cada día. Patente quedó en su día que se necesitaba mas control sobre las condiciones de transporte marítimo (sobre el terrestre podría escribir largo y tendido) para evitar estas catástrofes. Porque cuando un armador (transportista o como se le llame) se ahorra un pastón con estos transportes en barcos antiguos, las ganancias son para él. Pero cuando pasan estas cosas, las consecuencias las pagamos los demás. Parece que lo público no es de nadie, en vez de parecer que es de todos.
Esto último me ha quedado un poco cursi, pero lo prefiero a que me quede como un planteamiento radical.
Esperemos que los únicos viajes que haya que hacer a Galicia sea para comer pulpo :D y no para limpiar fuel, ni reforestar bosques, que con el veranito que ha habido...