
Continuemos con otra fotografía muy distinta...

Supongo que en este momento no comprendéis muy bien la línea argumental del post. A continuación enlazaré todo, pero para ello necesito poner otra foto:

Del coltán se extrae un mineral: el tantalio, que por sus propiedades es muy apreciado por las empresas de tecnología, entre otras cosas para la fabricación de baterías. Baterías como las del nokia n95 y las de todos los teléfonos y gadgets que tenemos todos. Como comentaba antes, el coltán hace unos años que escasea en Australia y todas estas multinacionales se han lanzado a conseguirlo en África. Pero no les compensa establecer una mina de forma legal y por lo tanto recurren al mercado negro. Los grupos paramilitares son los que dirigen este mercado, obteniendo el mineral de minas ilegales en las cuales se emplean trabajadores (a veces esclavos) que son explotados miserablemente. Algunos ejércitos de estados limítrofes como son Rwanda, Burundi y Uganda están obteniendo enormes beneficios debido a este tráfico ilegal de coltán. En una zona tan azotada por las guerras como esta, y por otro lado con tantas carencias por parte de la población, no parece muy apropiado tal incremento del poder militar.
No quiero que penséis que con este post pretendo ser demagógico o amarillista. Tan solo quería daros a conocer una muestra mas de hacia dónde nos lleva el liberalismo económico y la globalización: vivimos con un lujo excesivo, y todo gracias a que tenemos un tercer mundo que está pagando la cuenta de nuestro ritmo de vida. Por otro lado, paradójicamente, si un congoleño llega a Europa en busca de una vida distinta a la que se le ofrece en su país de origen hay quien tiene los santos cojones (perdonad por la expresión) de decir que no tiene derecho a estar aquí. Dejémonos de efectos llamada y demás memeces mediáticas: somos nosotros los que con nuestro irresponsable ritmo de vida hemos provocado (¡y seguimos aumentando!) unas desigualdades insostenibles. Ya que no podemos detener lo inevitable, al menos deberíamos evitar agravarlo con odios innecesarios. Invirtamos ese esfuerzo en repartir nuestra riqueza y acabar con este modelo de esclavitud encubierta.